jueves, 29 de abril de 2010
Modulo 4. FUTUROS
2. Se puede hablar de una ciencia que se denomina prospectiva que permite construir el futuro con una serie de funciones no realizadas solo mentalmente sino con ayuda de dispositivos mecánicos y electrónicos. Nace de un conjunto de disciplinas que alcanzan la suficiente madurez como para que su vinculación sinérgica diera lugar a la creación de la herramienta; se pueden mencionar entre ellas la matemática, la computación y la teoría general de los sistemas. La teoría general de los sistemas (TGS) tuvo un enorme impacto en la epistemología al promover una superación de la visión analítica que fragmenta la realidad en múltiples compartimentos. Por el contrario, el enfoque sistémico que se deriva de la TGS lleva a ver la realidad en su conjunto, con sus elementos relacionados, y las interacciones que se entablan entre ellos.
3. Modelo viene de med que significa pensar. Con respecto a este tema, se pueden considerar tres tipos de modelos: el mental, el matemático y el computacional. El primero se refiere al reflejo de la realidad en la mente, es decir, la composición de lugar que nos hacemos cuando estamos observando. Están los modelos matemáticos que permiten representar la realidad con ecuaciones matemáticas. Un modelo matemático, puede contener millones de ecuaciones. Por último, los llamados algoritmos permiten traducir las ecuaciones matemáticas al lenguaje de la computadora y dar lugar a modelos computacionales; éstos hacen posible trabajar al mismo tiempo con una cantidad de ecuaciones y a velocidades mayores que la mente. Lo que Napoleón con su estado mayor hacía antes de la batalla, que era imaginar los distintos escenarios que se le podían presentar en el terreno, ponderar sus riesgos y las posibilidades de la justa, ahora se puede hacer a máquina. Nace la simulación de escenarios que hace posible “ver” cómo varían los futuros según las condiciones de partida que se impongan. Entre los distintos escenarios se evalúan los de más probable ocurrencia, de ellos se elige el más conveniente de acuerdo a lo que se desea, y se pondera la factibilidad de su realización.
4. Por su parte, el pronóstico también es tributario del futuro, pero de otra forma. En este caso se opera con ayuda de lo que se denomina “hipótesis deductiva”. Veamos un ejemplo que ya hemos trabajado, el de los foros de los setenta. La hipótesis deductiva tiene 4 pasos: observación, formulación, deducción, verificación.
1. Observo (realidad) que el tipo de medidas de respuesta a la crisis en curso se condicen con formulaciones de los foros de consenso de los setenta
2. Formulo la siguiente hipótesis (abstracción): “si los consensos de los setenta fueron establecidos por actores con capacidad de decisión global entonces constituyen un vector de poder estratégico
3. Deduzco que a lo largo de un lapso de tiempo (experiencia) se verificarán respuestas concordantes con la letra y el espíritu de lo consensuado en los ‘70
4. Compruebo (momento empírico) la verdad (verificación) de los enunciados a través de una cantidad demostrativa de casos.
El pronóstico no es adivinación; es un uso particular de los modelos que consiste en introducir por la parte de atrás del modelo, en el sentido del futuro, una cantidad de información definida para ver qué resultados nos depara a la salida; por ejemplo, en un modelo de circulación atmosférica, introducir las variables meteorológicas del día (temperatura, presión, velocidad y dirección del viento, composición de los gases del aire, etc.) para que el modelo nos diga qué tiempo reinará mañana para redactar el parte meteorológico.
5. Legítimamente se puede preguntar sobre el rol de un pronóstico, aparte de la obvia utilidad. El juego de lo potencial (abstracto, virtual) tiene la ventaja de poner en tensión una serie de mecanismos inteligentes en el individuo que no se disparan con las actividades rutinarias. El decir “va a pasar tal cosa” compromete al emisor del juicio con algo virtual cuya ocurrencia aún no ha tenido lugar. Predispone a estar atento con el devenir para verificar el acierto o la falla. Establece un juego mental con distintas opciones lo que acarrea la noción de complejidad. Interacciona con el entorno en forma sinérgica desarrollando la capacidad de observación y extendiendo el rango de lo observable. Le permite, al comparar para emitir el juicio, manejarse en una porción mayor de proceso hacia adelante y hacia atrás. Desestabiliza por temor al equívoco, lo que trae aparejado un vivificante estado de desestructuración. Mayor compromiso con la realidad presente o futura; sale de lo cotidiano. Asume riesgo al salir del anodino “si, entonces” en cuyo caso no se abandona lo obvio ni tampoco la cerrazón y la ceguera sobre lo que puede pasar. Los “seguros” en todo caso se ponen a prueba…
La realización compromete. Permite poner a prueba las sensaciones, los supuestos, lo establecido, lo dado, lo admitido, lo indiscutible, las evidencias, los trascendidos… Se aprende más del error que del acierto. Contrasta los marcos teóricos, la percepción que uno tiene de los fenómenos. El pronóstico se evalúa ex-post a la luz de los acontecimientos y permite ajustar un marco teórico. No se puede ejercitar sin una visión integral que tenga en cuenta y establezca las diversas relaciones entre la mayor cantidad de elementos. El pronóstico no se discute, se contrasta; nada se desecha, todo queda en suspenso. El disenso es enriquecedor. Y cuanto más diversa sea la percepción, más cantidad de visiones existan, más opciones se ofrecen al proceso de evaluación de resultados. En suma, es un ejercicio que enriqueces la toma de decisiones.
6. Uno de los factores de mayor preponderancia para la construcción de los escenarios futuros es el cambio que se ha producido en la humanidad en la disposición de recursos: se ha pasado del reino de la escasez, en el que hombre vivió desde su origen, al de la abundancia, como hemos visto en el módulo anterior. Ya la disyuntiva no reside en la distribución de recursos escasos entre necesidades elementales insatisfechas, como persisten en plantear algunas disciplinas. El problema se ha invertido; hoy se traduce en la inexistencia de necesidades suficientemente diversificadas capaz de satisfacer la abundante oferta de bienes y servicios disponibles hoy en el mundo como consecuencia del impacto en la producción de la revolución científica y tecnológica. Por eso la preocupación principal de la economía global es la construcción de mercados. Desde ese marco teórico es posibles explicar movimientos actuales y anticipar los futuros, en cuestiones referidas a la (re)inclusión social de los individuos y sus familias que nunca estuvieron adentro del sistema o lo estuvieron y fueron expulsados por las políticas de ajuste neoliberales. Ya Mitterrand lo dijo en 1989: “necesitamos 2000 millones de nuevos consumidores”. Para ello “solo” falta organizar la logística para que la producción pueda llegar a los consumidores potenciales para que el sistema funcione a pleno.
7. Existen políticas en la actualidad que están dando resultados asombrosos, sobre todo en China e India, si nos referimos específicamente al crecimiento, la creación de trabajo en gran escala y la apertura de vías de inclusión social, medidos por indicadores básicamente económicos. El crecimiento de la clase media en solo 15 años que ha pasado de ser 1/3 a 2/3 de la población total del planeta, está indicando una tendencia que no se detendrá hasta que su incidencia alcance a todas las familias. El aserto tiene una lógica capitalista inexorable: si se produce algo tiene que haber quien lo compre. De la agenda global, remontar las situaciones de pobreza se ubica en primer lugar. En este sentido, la asistencia al África adquirirá un carácter hasta se podría decir de urgencia y cercanía: ya los medios han mostrado la relación del triunfo de Obama con el apoyo a esta perspectiva. En la cooperación –de nuevo tipo por sus características más intervencionistas, como la reciente en Haití por parte de EEUU- jugarán un importante rol Cuba, Venezuela, Brasil, Uruguay y Argentina, por el Atlántico; cuanto menos India y China por el Índico. Un juego de pinzas que tendrá a Sudáfrica como bisagra, en todo lo referido a la parte subsahariana. El mundial de futbol adquiere en este sentido un contenido simbólico insoslayable.
8. La crisis va a continuar por unos años; es funcional al “alistamiento” para la globalización por abajo; un periodo en el que lo dominante será salir del nivel macro en el que la globalización que se ha venido desenvolviendo hasta ahora, y facilitar su accionar a niveles más bajos. Eso no quiere decir que ya el año que viene algunas economías estén mostrando signos de recuperación, incluso modestos índices positivos de crecimiento, sobre todo en los llamados países emergentes por los precios favorables de algunos commodities. Pero no se debe obviar el hecho de que la crisis económica y financiera es una herramienta formidable de transformación; no se la va a desaprovechar porque lo que aquí está juego es un cambio epocal, una mutación de eras, una puesta en tela de juicio del conjunto del hábitat terrestre. Salir de la crisis no depende solo del crecimiento. Aunque existe una predisposición a ver lo económico y financiero como su referencia –como la fiebre en un enfermo es su manifestación más epidérmica-, el mundo se dirige estratégicamente a un cambio profundo de tipo geopolítico, es decir, vinculado directamente con una visión multidireccional del territorio. Donde la crisis va a pegar más fuerte –como ocurrió en los setenta cuando la estructura económica social se dio vuelta como un guante, como hemos visto en el módulo 3- será en los EEUU.
9. Pero la crisis no se detendrá ahí. Aunque no tengan la repercusión de la caída de Wall Street y General Motors, los cambios en el resto de los países del mundo serán de esa significación. En perspectiva, se está poniendo el foco en las cuestiones geopolíticas, aspectos territoriales y de configuración institucional, producto de la evolución del proyecto globalizador. La tan mentada “unipolaridad” en el concierto de las naciones del mundo, dará lugar transitoriamente a una configuración global marcada por la multipolaridad, la acentuación del cuestionamiento al estado nación, el incremento del regionalismo, y profundas transformaciones socio productivas al interior de los territorios. Para el presidente del Banco Mundial “el multilateralismo moderno no será un sistema jerárquico, sino que se parecerá más al alcance mundial de Internet, interconectando a cada vez más países, empresas, individuos y organizaciones no gubernamentales a través de una red flexible”
10. En el caso americano, por la fuerza innovativa de sus territorios, las crisis han sido de mayor efecto pero a la larga han jugado como factores de regeneración. Por los setenta, el vaciamiento y la desactivación de eslabones enteros de su sistema productivo en todos sus niveles –trasladadas a China por esa ley no formulada de la globalización según la cual “se produce una centrifugación continua de la producción de menor valor agregado desde territorios de mayor a los de menor potencial de innovación”- liberó al mercado y puso en disponibilidad científicos y tecnólogos, mano de obra calificada y aptitud empresarial que fueron reorientados a fortalecer sectores productivos de punta que desde el territorio americano hoy pueden mostrar una posición de preeminencia. Pero ese proceso industrial de constante renovación, que caracteriza a los EEUU como el territorio de innovación de mayor potencial, se hace sobre otras bases de las tradicionales. A nadie se le ocurriría hoy comparar empresas nuevas como Microsoft, Intel o Google con otras de sus empresas emblemáticas.
11. La transformación de las automotrices de Detroit es el fin del capitalismo emblemático. Luego de la reconversión de los ’70 comentada más arriba, es un golpe de karate a la concepción más clásica del capitalismo americano. “No es una opción” dejarlas caer había dicho el presidente electo, pero deberán reconvertirse para fabricar coches más chicos y menos gastadores. Con los días se fue demostrando que lo que está en juego no es un problema financiero circunstancial de las grandes empresas. La consigna implicaba una pulsión transformante difícil de calibrar en ese momento aunque sí intuir y que ahora se pone en evidencia con el reciente discurso de Obama en la Universidad de Georgetown: se producirán impactos en el empleo, la calificación de recursos humanos, la especialización en modelos de autos, centrifugación productiva; en resumen, una serie de consecuencias inéditas dadas en el país capitalista más avanzado. Empero, como se ha dicho más arriba, a partir de su potencial de innovación, los territorios americanos afectados, a la larga se verán favorecidos con nuevos paradigmas productivos que los mantenga en la cresta de la ola modernizadora.
12. En su dimensión global, los sucesivos escenarios de la crisis se irán abriendo como las pestañas de Internet según una agenda que no puede obviar temas como pobreza / alimentos, comercio / proteccionismo, cambio climático / mercado de bonos de carbono, contaminación / energías renovables, junto a diversos temas más locales como crisis del estado-nación / gobernabilidad / regionalizaciones / desarrollo local, equilibrios demográficos (relocalizaciones poblacionales y migraciones), hasta llegar al tema de la institucionalización de un gobierno mundial, y toda una serie de temas que hoy no aparecen prioritarios pero que irán cobrando creciente protagonismo a medida que los que son urgentes se vayan poniendo en marcha: manejo sustentable de los océanos, conectividad terrestre de alta velocidad para el transporte de personas y bienes, amplia gama de recursos naturales, biodiversidad, armamentos remanentes, espacio, etc. El más abarcativo de todos los temas de agenda, porque actúa sobre la biosfera, como hemos visto es el cambio climático.
13. Cuando se habla de “alistamiento” se está pensando en que si bien la agenda se irá desplegando en forma sucesiva, los distintos escenarios de negociación quedaran abiertos por décadas, y terminarán evolucionando en forma simultánea. Esta afirmación no se apoya en valores; no tiene nada de optimista ni de pesimista. Es una lógica de cambio irremediable, con todas las oportunidades y riesgos que entraña un rumbo mutacional. Los procesos más tangibles en el mediano plazo serán en definitiva el avance inexorable de las reconfiguraciones territoriales. No es posible imaginar para siempre un mundo de naciones: según los preceptos globales los estadonaciones ya cumplieron su ciclo con 200 años de vida. Europa ya está casi regionalizada (véase: www.crpm.org). En EEUU es una novedad la forma de ver el territorio desde la Reserva Federal (véase www.federalreserve.gov/otherfrb.htm) . No hay país que pueda soslayar ese destino.
14. Transitoriamente se irán conformando una diversidad de agrupamientos teniendo en cuenta distinto tipo de afinidades en la búsqueda de mejores posiciones globales. Así, convivirán diversas configuraciones y los países podrán ser parte de más de una de ellas. Por caso, nuestro país puede pertenecer al Mercosur, Unasur, el ALCA y otras formas de agrupamiento. Todo es transitorio y dinámico. Por lo pronto, de inmediato se han comenzado a normalizar conflictos regionales algunos de larga data. En nuestra región Obama avanzó con el tema del bloqueo a Cuba, se ha dado cierre al tema de los límites derivados de la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay. Seguramente muy pronto se pondrá sobre el tapete las desgraciadas consecuencias de la guerra del Pacífico entre Bolivia, Perú y Chile. Asimismo, otro hecho es que se comienza a administrar con mayor racionalidad los recursos destinados al manejo de las cuestiones regionales, evitando la superposición de esfuerzos. Por ejemplo, se registró recientemente una convergencia en Brasil de cuatro agrupamientos: Mercosur, grupo de Río, Unasur y América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo; los representantes de los países –cambiando de bonetes según la oportunidad- desarrollaron en Salvador de Bahía cuatro reuniones cumbres sucesivas a lo largo de dos días. Así va siendo en otras regiones. Sin embargo, los procesos más sustentables y trascendentes serán aquellos que tengan dimensión local y microrregional que es como finalmente se va a organizar el territorio en cada caso para alcanzar masa crítica; todo regido por una función estatal a nivel mundial (no estructurada) con las modernas formas de gestión que posibilitan las tecnologías de la información y las comunicaciones.
15. De aquí en más el foco de la gestión se traslada más a la base, en los lugares donde las variables decisivas no pueden resolverse a nivel macro. ¿Cuáles son esas variables? Algunas son las siguientes: mercado, competencia, equidad, protección, inclusión, regulación, función estatal, consumo, etc. La combinación de esas variables según distintas fórmulas requiere de un tipo distinto de gestión con la participación de nuevos actores que se sumen a los tradicionales. La noción de mercado es clave; es la forma de organización social y productiva que permite poner en movimientos las mejores cualidades de las personas y hacerlas crecer personal y socialmente; implica asumir riesgos, plantearse desafíos, que la persona se sienta plena con los logros y aporte al bienestar común esos sentimientos de autoestima y satisfacción. Naturalmente tiene que existir la equidad entre los más capacitadas y quienes quedan fuera de la competencia, según una ingeniería que haga posible la elevación permanente del conjunto social. La distribución de la riqueza (que no son bolsones de comida ni planes sociales a los que sin embargo se debe apelar aunque transitoriamente toda vez que sea necesario) debe entenderse como poner al alcance de todo ciudadano las mejores opciones para su crecimiento personal y familiar. Hay una acción de regulación estatal que es insoslayable (todo sistema se autorregula pero por medio de la destrucción o la parálisis, lo que es inaceptable cuando hay personas involucradas). Sin embargo, el estado debe desestructurarse progresivamente para que pueda cumplir sus funciones con mayor eficacia. El tema de la reinclusión social por medio del trabajo productivo, y la protección para los más débiles, debe ser motivo de políticas estatales que el mercado por sí mismo no puede resolver. El tema del consumo racional tiene que ver con el bienestar de las familias y el funcionamiento del sistema productivo. En síntesis: se marcha a un sistema mundial en el largo plazo con la organización del capitalismo –mercado- y los valores del progresismo –equidad y solidaridad- sustentada en configuraciones regionales y locales. Se lo suele llamar capitalismo social de mercado.
16. La famosa frase de Helio Jaguaribe -a quien reiteradamente se le escamotea la autoría- que habla del “éxito fatal” de la Argentina, ha dado lugar a tantas mofas que se ha impedido reflexionar sobre sus significados. La cosa es más compleja… y riesgosa.
Efectivamente, Argentina está ingresando en estos tiempos en su segundo ciclo largo de crecimiento luego del primero, agro exportador, atribuido en sus grandes líneas al papel rector de la generación del ’80. Ese modelo, que duró algo más de setenta años, desde 1860 hasta la década del treinta del siglo pasado, tuvo su fase de alistamiento ya desde los años ’20 del siglo XIX coincidente con los desórdenes institucionales que precedieron la llegada de Rosas a la gobernación de Buenos Aires. En el momento de mayor enfrentamiento de Buenos Aires con las potencias coloniales dominantes –los años ’30 y ’40 del siglo XIX- se producían dos fenómenos complementarios: 1) a través de una inmigración incipiente pero calificada, una incesante penetración de oficios, tecnologías sencillas, genética animal y acciones de conocimiento del territorio, que fueron la base para la modernización que se daría luego, 2) un progresivo desgaste de los sectores sociales que conformaban restos de la dominación española.
17. A partir de Pavón y la presidencia de Mitre, se sucedieron setenta años de crecimiento –con idas y venidas- que ubicaron a la Argentina entre las naciones de mayor consideración en el mundo. Pero ese éxito, a pesar de logros insoslayables como lo referido a la educación, la formación de la clase media, la predisposición al ascenso social, carecía delas suficiente bases como para actuar con autonomía ante los condicionamientos externos. Cuando cambiaron las condiciones externas que le daban sustento y sentido la Argentina entró en una espiral de disgregación de la que aún no hemos logrado salir. La culminación de un modelo considerado exitoso fue el inicio de una decadencia irreversible. Paro no pocos formadores de opinión –y la propia historia oficial- consideran este ciclo de crecimiento como un logro sin contradicciones. Pero no es lo mismo crecimiento que desarrollo económico. Y esa es la enseñanza que no nos debe llevar a tropezar con la misma piedra. Argentina a partir de ahora va a crecer de la manera que lo hizo en el siglo XIX. Sencillamente porque la nueva división internacional del trabajo requiere de insumos que nuestro país puede proveer con ventajas derivadas de su potencial productivo, especialización, recursos y escasa población. Sin embargo, el desafío es el desarrollo en todos los sentidos.
18. La Argentina tiene que comenzar a resolver un problema que le llevará décadas culminar: el del conurbano bonaerense, su crítico problema estructural. El cambio de tendencia presupone políticas activas y claramente explicitadas de desarrollo territorial para dar salida a los desequilibrios de las cargas demográficas que hoy oprimen a nuestro país y dan sustento a su perverso sistema político. Se deben desatar procesos de regionalización a todo nivel, en especial subregionales transfronterizas, para ir suplantando progresivamente los caprichosos diseños decimonónicos de nuestros estadonaciones, por configuraciones ecosistémicas que respeten el conjunto de identidades que fueron tronchadas oportunamente. Si con autonomía e inteligencia se ponen en marcha esos procesos democráticos de desarrollo económico y social, el resto caerá por gravedad, atraído por las pulsiones globalizadoras que están afectando creciente e inexorablemente a nuestra región.
viernes, 16 de abril de 2010
Modulo 3. 30 Años que cambiaron al Mundo
1. Es difícil ubicarse en una determinada época histórica cuando se la está viviendo. Una muestra de esa dificultad es el uso de un procedimiento bastante habitual para caracterizar lo que se vive: proyectar las experiencias. Se dice en esos casos que se ve la foto pero no la película. Es cierto que estas tres décadas –los ’80, ’90 y ’00- fueron en apariencia difusas; una serie de acontecimientos “secundarios” no pocas veces ocuparon las primeras planas de la realidad en el lugar de los hechos sustantivos, estratégicos, aunque estos no deslumbraran por su presencia, como veremos en este curso. Ahora se ve que un hilo en ese momento invisible guiaba a las élites en su relación con la marcha general de los procesos más allá de los vaivenes cotidianos. No existía (¿existe ahora?) un marco teórico de la suficiente potencia como para separar lo fundamental de lo accesorio. Un barco que se dirige a un puerto determinado y en el camino se ve obligado a atravesar todo tipo de tempestades nunca deja de dirigirse a destino aunque en un momento dado su proa pueda apuntar para otro lado. Los últimos 30 años tuvieron una dirección y un sentido determinado más allá de sus ocurrencias algunas de ellas inconcebibles aun para las mentes más fantasiosas. Lo que nos lleva a decir que la realidad, como la cebolla, se conforma con distintos niveles y no siempre es inducible el todo desde la parte ni es posible ver el bosque si hay un árbol que nos lo está impidiendo.
2. Los foros que reunieron en los setenta a las élites del mundo desarrollado tuvieron un carácter estratégico; se discutió sobre las grandes líneas para el mediano plazo pero luego se dejó que cada país continuara con su dinámica, con la recomendación expresa de que “cuando sea posible alcanzar los resultados deseados a través de una marco de normas acordado, las funciones de administración operacional y de toma de decisiones deberían ser dejadas a unidades de gobiernos nacionales o, aún, más pequeñas”[1], una evidencia indisimulable del lugar desde el que se hablaba. Esto no debe ser interpretado como que cada uno de los eventos fuera producto de una construcción; ni falta que hizo. Con solo dejar libradas a su propia dinámica las tendencias incubadas en la escena internacional y más aún dentro de los países, los procesos se iban a ir acomodando motorizados por las pulsiones relacionadas al desmonte que devenía necesario para dejar la cancha libre a la proyección de los consensos, es decir, el despliegue de la globalización. Claramente eso ocurrió, por tomar dos casos, con las reformas llamadas neo conservadoras y a principios de los noventa con el Consenso de Washington o, enfrente, con la implosión de
3. En el caso del capitalismo, las reformas de tono neo conservador que tuvieron lugar primero en los países desarrollados y luego en los ahora llamados emergentes, como el nuestro, estuvieron a la luz del día. En ese caso las dificultades de percepción tuvieron otro origen. Tal vez por haber sido contextualizada más desde el punto de visto político o económico, las acciones que se iban sucediendo consecuencia de un enfoque claramente ideológico, no fueron calibradas en su verdades función destructiva/transformadora cuyos impactos, de gran trascendencia en la reformulación del capitalismo, solo han sido superadas (y completadas) con las adoptadas para la gestión de la crisis en curso. Sin duda, ahora aparece más claro, hubo una notoria carencia en materia de enfoques en los sectores progresistas para seguir los procesos y las transformaciones que se iban produciendo, sobre todo en los Estados Unidos. El paso de la fase imperialista, con un breve escala por la fase transnacional, para llegar a la globalización de los países desarrollados –que en EEUU se está completando en forma inexorable en la presente crisis y con la gestión de Obama- fue seguida sin ver suficientemente la riqueza de los matices de esos procesos transformadores del viejo régimen. Hubo de caer Wall Street y quebrar
4. Otro de los eventos destacados de la época fue la implosión de
5. Con la muerte de Brezhnev en 1982 comenzó a desmoronarse la denominada gerontocracia soviética; nuevos aires por los pasillos del Kremlin –iniciada como una suave brisa devenida prontamente en vendaval- contribuyeron a despejar las brumas del conservadurismo que asfixiaban al régimen. Fueron cobrando protagonismo sectores renovadores que -ahora se puede ver- sintonizaban con los influjos de igual sentido que hemos visto estaban en pleno auge entre las élites del capitalismo. La sincronía (como con Deng Xiaoping en China unos pocos años antes) es nítida en el caso de Gorbachov; sus propuestas de Perestroika y Glasnost se orientaban a la remoción de los cimientos del régimen soviético. De ahí hasta el final fue un viaje sin escalas. La caída del muro de Berlín y la implosión de
6. La posibilidad de erradicar definitivamente los grandes conflictos, los que solo pueden tener lugar entre los países más poderosos, supuso una situación tan impensada que han pasado muchos años desde el inicio de la era de la paz perpetua sin que aún se tenga una verdadera noción de sus significados. La paz ya no debería tener una definición negativa referida a la ausencia de la guerra a pesar de que la nueva situación aún no es identificada por una consigna creíble y aceptada comúnmente. Sin embargo, la historia avanza. Se ha detenido la carrera armamentista; se despliegan los procesos de desarme, sobre todo atómico que es el que interesa inicialmente. Tal vez el último conflicto real fue la guerra de Vietnam finalizada en 1975. Se han dado luego algunas guerras locales, incluso muy sangrientas como las de los Balcanes, intervenciones mediáticas o no justificadas, como las de EEUU y otros países en IRAQ (un trágico papelón) y Afganistán, acciones antiguerrilleras en Colombia y Rusia, las alharacas chavistas, la intervención de las fuerzas armadas en golpes de estado africanos (un reloj atrasado), etcétera, que no alcanzan a hacer perder de vista lo sustantivo: raudamente los ejércitos de todo el mundo pierden sentido histórico[2].
7. El Consenso de Washington (CW) contuvo un conjunto de propuestas de políticas económicas elaboradas durante los años 1990 que los países latinoamericanos debían aplicar para impulsar el crecimiento. Sus “recomendaciones” fueron las siguientes:
1. Disciplina fiscal
2. Reordenamiento de las prioridades del gasto público
3. Reforma Impositiva
4. Liberalización de las tasas de interés
5. Una tasa de cambio competitiva
6. Liberalización del comercio internacional
7. Liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas
8. Privatización
9. Desregulación
10. Derechos de propiedad
Cuando se hace referencia a la capital norteamericana, debe entenderse el conjunto de organismos nacionales, internacionales y no gubernamentales que tienen su sede en esa ciudad: organismos financieros como el FMI y el Banco Mundial, el Congreso de los EEUU, la Reserva Federal, los altos cargos de la administración y las fundaciones e institutos de expertos económicos y de otras disciplinas. El CW fue rápidamente identificado con el neoliberalismo. Entre sus críticos se destacaron Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía 2001 y ex vicepresidente del Banco Mundial, Noam Chomsky, Naomi Klein y otras destacadísimos personalidades del progresismo boreal que veían en él un medio para abrir el mercado laboral de las economías del mundo subdesarrollado a la explotación por parte de compañías del primer mundo. Una definición precisa nos dice que las críticas, que provienen desde la antiglobalización hasta del mismo liberalismo económico, argumentan además que los países del primer mundo imponen las políticas del Consenso de Washington sobre los países de economías débiles mediante una serie de organizaciones burocráticas supra estatales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional además de ejercer presión política y extorsión. Se argumenta además, de forma muy generalizada, que el Consenso de Washington no ha producido ninguna expansión económica significativa en Latinoamérica, y sí en cambio algunas crisis económicas severas y la acumulación de deuda externa que mantiene a estos países anclados al mundo subdesarrollado.
8. Si como hemos dicho la realidad tiene niveles, todo lo que se dijo (y se sigue diciendo) sobre el CW es verídico. Desmanteló el estado de bienestar, se produjeron privatizaciones, eliminación de regulaciones, apertura de las economías; todo con altos costos que todavía se siguen pagando. Sin embargo, desde otro nivel, el CW también debe ser considerado desde el punto de vista de la marcha de la globalización. Acudamos a una metáfora: el reciclaje de una casa chorizo. El arquitecto toma nota de la obra existente, y a pedido del comitente diseña el proyecto en el AutoCAD y le muestra una representación 3D. Una parte importante del proyecto es demoler algunas partes de la obra existente. Si alguien pasa y ve a los albañiles volteando paredes sin conocer el proyecto, pensará que eso es una demolición lo que es totalmente cierto aunque ello sea solo un paso en la marcha hacia el logro de los objetivos finales del proyecto. Sin entrar en ninguna consideración de valor, una economía no puede globalizarse sin el desmonte parcial de las estructuras socioeconómicas y culturales construidas durante la vigencia del estadonación. Esa acción, que en nuestro país estuvo a cargo del menemismo, tiene profundas connotaciones políticas y en la mayoría de los casos de otros órdenes de la vida social lo que acarreó consecuencias que afectaron a gran parte de la población. En todos estos años, el CW fue blanco de condenas políticas por parte de gran parte del arco político sobre todo el que va desde el centro hacia la izquierda. Como hemos dicho, por falta de un marco teórico adecuado, aún sin pretender ubicarlo en la disyuntiva de una aprobación o rechazo, el CW no fue visto en el contexto en el que se desplegaba, lo cual fue un obstáculo para diseñar una estrategia política. Para contribuir a esa falta de precisión el premier Brown con motivo de la realización de la reunión del G 20 el 2 de abril de 2009 expresó "se terminó el viejo Consenso de Washington… hemos logrado un nuevo consenso de que haremos lo necesario para restablecer el crecimiento y el empleo, y evitar que una crisis de este tipo se repita nuevamente”, lo que era una parte pero no toda la verdad.
9. El verdadero triunfador en la dura puja ideológica que tuvo lugar a lo largo del siglo XX fue la socialdemocracia, en particular, la europea. A diferencia de los países de economía centralizada, gobernados por partidos comunistas, los socialdemócratas han sabido combinar los principios del socialismo que asumieron desde sus inicios, y que les dieron identidad, con el funcionamiento del mercado[3]; para ello se han apoyado en la idea de que no existe un conflicto entre la economía capitalista y una sociedad de bienestar en tanto el estado posea atribuciones suficientes para garantizar a los ciudadanos una debida protección social así como el rol de regulación de la actividad económica (pruritos que han disminuido drásticamente en el marco de la presente crisis mundial como hemos visto en el Módulo A de este curso). En ese sentido, la noción de mercado juega un papel fundamental, ya sea en condiciones de escasez (como en la época de Adam Smith, siglo XVIII) o de abundancia (como el presente, luego de
10. China es un caso emblemático en la globalización productiva. Todo comenzó inocentemente con unos partidos de ping pong entre jugadores norteamericanos y los imbatibles chinos en ese juego. Corría el año 1972. Tanto en Estados Unidos como en Europa ya no se notaban los signos de la recuperación de posguerra; esos que levantaron los ánimos en las reuniones de los foros de consenso de los setenta que como hemos visto en el módulo anterior se proponían encontrar la forma de aprovechar las ventajas inocultables que iba logrando el capitalismo para modelar el mundo del futuro a su gusto y paladar. Las élites imaginaban para ello transitar caminos inéditos, por ejemplo, la finalización de la guerra de Vietnam aun a costa de una derrota oprobiosa como ocurrió en 1975. O iniciar negociaciones con China conociendo la existencia de tendencias renovadoras en el sistema socialista en condiciones de emerger luego de la muerte de Mao y Chou, como la que luego corporizó Deng Xiaoping. Por cierto no eran los líderes norteamericanos de ese momento de los que uno podía esperar movidas tan audaces; sin embargo, así ocurrió. Fueron Nixon y su astuto secretario de estado, Henry Kissinger, uno de los titiriteros de la globalización, los encargados de romper el hielo que había congelado las relaciones chino norteamericanas desde la revolución maoísta de 1959. ¿Cuáles eran los motivos más profundos para intentar una movida de esas características tan originales? Dos básicamente: el gigante mercado chino, un bocado apetecible para una capacidad productiva del capitalismo que ya se mostraba capaz de sortear las limitaciones propias del mundo de la escasez y, la otra, la posibilidad de actuar según una ley de la globalización aún no formulada: la pulsión descentralizadora con respecto a la producción de menor valor agregado (o mayor poder contaminante) lo más lejos posible de los núcleos de la innovación. Las potencialidades del mercado laboral chino, disciplinado por el comunismo de guerra, permitía iniciar uno de los movimientos más gigantescos que ha emprendido el ser humano: la masiva traslación de la capacidad productiva de tecnologías medias y bajas de occidente hacia el oriente. La movida que ya lleva 30 años, y que no amenaza con detenerse, despobló literalmente el universo productivo norteamericano de aquellas producciones que lo habían caracterizado tradicionalmente. Contrario sensu, el fenómeno, que también fue involucrando a Europa, provocó un efecto sincrónico de vasto alcance: el crecimiento chino a “tasas chinas”, de dos dígitos, que se viene dando desde ese momento, y la reconversión de los sistemas productivos norteamericano y europeo para concentrarse en la crema de las ramas de mayor poder innovativo y valor agregado en signo y símbolo. Acudiendo nuevamente a la metáfora de la piedra y el estanque, en un movimiento de vivo dinamismo, el operativo ya había sido ensayado en las tres décadas posteriores a la posguerra, primero con Japón y luego con los llamados dragones o tigres de oriente (Hong Kong, Taiwán, Singapur y Corea del Sur) y los “pequeños dragones” (Malasia, Indonesia, Tailandia y Filipinas). A ellos se sumaría luego la perla del desaparecido colonialismo francés, Vietnam, un pueblo tan aguerrido y valiente como cultivado en las mejores tradiciones de su ex metrópoli, que está creciendo a paso redoblado. Muchas de las cosas que se oyen en estos días sobre las dificultades de las relaciones con China parecen un revival de las que se escuchaban con relación al Japón en las décadas de los sesenta y setenta el que hoy, devenido en un juicioso país desarrollado, ocupa un cómodo segundo lugar en el ranking del PBI. Sobre China hoy se dicen muchas cosas, la mayoría de ellas verdadera exageraciones, que pueden ser creíbles solo viendo la foto de los diarios sin tener en cuenta el largometraje de su gestación como potencia industrial.
11. Uno de los aspectos destacadas del período fue la coincidencia de las características de los procesos económicos y políticos, lo que permitía conjeturar que se entraba en procesos de simultaneidad derivados de una situación que en forma más o menos directa era condicionada por los influjos de un logicial de consensos, como los que según la hipótesis de este curso comenzaron a darle su impronta a partir de los setenta tanto a la situación internacional como la de adentro de los países. El caso más cercano es el que
12. El desmonte del viejo estado y el reciclaje de sus instituciones es un objetivo de la globalización del cual no se salva ninguno de los países; esa operación de cirugía mayor, realizada a través de un tiempo prolongado, la mayoría de las veces se referencia al estado de bienestar, como veremos en nuestro caso. Pero también se puede dar de la forma contario, como actualmente en EEUU, donde lo que se está castigando es la prescindencia del estado, como se demuestra en la modificación del sistema de salud que acaba de implementar Obama. En este país, la caída de bancos de Wall Street y de
13. Otro aspecto característico de la actual situación, que se ha instalado en la cotidianeidad dando la sensación de las cosas siempre hubieron de ser así (como en realidad ocurre para más de una generación), es la globalización de las comunicaciones caracterizada por la transmisión en “tiempo real” de imágenes, datos, voz y palabras. Simplemente hay que haber vivido en una etapa previa -o sufrir los sinsabores y el desconcierto de un corte de luz- para tomar conciencia del significado de esos prodigios tecnológicos. Internet, ya plenamente desplegada en todos los rincones y con potencial acceso a todos los habitantes del planeta, más aún que otros bienes y servicios necesarios para la vida, es la metáfora de la globalización. Se han reducido las dimensiones del espacio, se precipita el tiempo, y se profundiza la complejidad del saber, todas variables que se despliegan a un nivel no solo no conocido antes sino ni siquiera imaginado por la mente más febril. Los cambios se dieron en todos los aspectos de la vida de las personas, las familias y los hogares. Por tomar algunos casos, la irrupción del celular y
14. Aunque todavía con ciertos retardos de implementación, el cambio de paradigma productivo y energético se fue abriendo paso raudamente en estos años. El primer gran shock fue como hemos visto con la crisis del petróleo en 1978. Pero eso marcó una tendencia que lejos de abandonarse se fortalece. En la presente crisis y los documentos de las reuniones del G20 como vimos en el módulo A, está plenamente abordada la problemática. No se puede obviar los profundos impactos sociales de esos cambios, aún en su etapa incipiente. No solo la pérdida de puestos de trabajo como consecuencia del necesario aumento de la productividad en las actividades económica y productivos para mantenerse y desarrollarse en mercados globalizados altamente competitivos, sino la pérdida de capacidades y aptitudes laborales que traen aparejados dichos procesos eufemísticamente llamados de “destrucción creadora”. Una institución de plena vigencia en esta época es de los llamados planes sociales con la intención de compensar los altos costos que se verificaban en la vida de las familias. El tema dio y sigue dando motivos para arduas discusiones.
15. De la amplia agenda que comprende el despliegue de la globalización, se destaca con perfiles propias por su vigencia y novedad, el del medio ambiente y dentro de este el del cambio climático. Como estamos viendo en este curso, el cambio climático es el aspecto de
[1] subrayado en el informe de Cooper et. al. que veremos exhaustivamente en el curso
[2] Una situación de relieves tragicómicos se produjo en estos días por la ocurrencia del presidente de Costa Rica de enviarle una carta al presidente Mujica donde le solicita que hagan lo mismo que ellos hicieron en 1948: disolver el ejército ya que, como se dice en la misiva, los uruguayos no corren ningún riesgo de ser invadidos ni por Brasil ni por Argentina. El exabrupto provocó una incómoda situación en el espectro político oriental lo que dio lugar a la airada reacción de blancos y colorados en resguardo de la soberanía uruguaya y una enérgica condena contra los intentos de entrometerse en los asuntos internos de otros estados; y, por parte del recién asumido presidente, una equívoca defensa de la institución armada justificada en la lucha contra la pobreza, el narcotráfico y el control de las fronteras.
[3] Por ser tan reciente y sorpresiva la definición de la puja, sobre todo por el desconcierto que generó sus resultados, y por la obcecación producto en algunos casos de la ignorancia y en otros del fanatismo ideológico que nunca faltan en la actividad política, lo cierto es que aún nos debemos una explicación creíble y de la suficiente complejidad en torno al fracaso del socialismo real. Obviamente, esa explicación debe superar lo estrictamente económico. Hay cuestiones de la diversidad y la pretensión del manejo centralizado de los asuntos inherentes al funcionamiento de las sociedades a los que el marxismo no supo dar una respuesta flexible y creadora. En las sociedades de la información que se iban abriendo paso, aún con restricciones de todo tipo, el dogmatismo inevitablemente comenzaba a resquebrajarse y preanunciar el final. Otro aspecto organizacional, abordable con las nociones de la dinámica de los sistemas, es la configuración del estado que, aun en los raros casos sin corrupción, debido a que el funcionamiento del estado no está en manos de los jugadores sociales más capaces (se puede pensar en la actitud y el espíritu de los “animales productivos”, los Messi de la actividad empresaria, capaces de encarar constantemente para triunfar o fracasar, que sin embargo tampoco han demostrado idoneidad cuando se ha hecho una transpolación mecánica de funciones), hay un problema de “3E” de creciente agravamiento que en un momento se hace intolerable y colapsa. Tema delicado; verlo con cuidado (en el estado hay gente capaz que no puede hacer nada, y mucha veces tampoco se lo propone por quedar aprisionada en la desidia propia del funcionamiento de estados sin “objeto”; tema que nos remite al rol del estado en cuanto a su autonomía y la representación de los intereses nacionales y populares-una noción totalmente agotada- o el intrínseco cipayismo de la dependencia, una noción también devaluada pero con menos esclarecimientos).
lunes, 5 de abril de 2010
Modulo 2b - Génesis de los consensos
Génesis de los consensos
2.1. El contexto
1. Una visión más abarcativa del proceso que se abrió con la crisis actual nos remite a la década de los setenta. Fue por esos años que se activaron una cierta cantidad de foros para búsqueda de consensos con la suficiente representatividad (actores con capacidad de decisión en el más alto nivel, muy interesados y preocupados por la marcha de las cuestiones internacionales, y agendas lo suficientemente abarcativas de los problemas existentes en ese momento) como para que dichos foros pudieran ser considerados factores de poder global con proyección estratégica. ¿Qué quiere decir esto? Si se juntan los máximos dirigentes de las empresas más grandes del mundo, con ex o futuros presidentes de los países centrales, y cuentan con el aporte de los intelectuales más reputados del momento; si esos actores se ponen de acuerdo en trabajar una agenda que contemple los temas de alcance global críticos que por su capacidad transformadora pueden direccionar los acontecimientos; si además se dan el tiempo suficiente como para arribar a consensos de gran estabilidad y solidez lo que les confiere potencial de perduración; si por último esos actores pertenecen a las tres regiones más desarrolladas del planeta–Europa, Japón y América del Norte-; entonces se puede conjeturar con fundamento que la marcha de los asuntos internacionales no podrá sustraerse de lo que ahí se acuerde.
2. Aunque esa situación todavía en los setenta no haya sido totalizadora cuando subsistía la bipolaridad (Unión Soviética) sin duda lo fue en forma manifiesta a partir de la caída del Muro de Berlín por el hecho de existir de antemano fuerzas al interior de los países socialistas más grandes favorables o directamente comprometidos con los puntos de vista que se iban configurando en las más altas esferas de poder capitalista; esa conjunción implícita en ese momento -y que como hemos dicho luego fue explícita- fue determinante en su conjunto para que se pusiera en marcha una tendencia irreversible. En este trabajo se irá viendo cómo lo ahí resuelto hace treinta años fue influenciando los acontecimiento ulteriores hasta nuestros días con puntos de vista se han hecho sentir incluso con relación a la crisis desatada en el 2008.
3. Los consensos de esa envergadura llevan décadas formarse y adoptan diversos mecanismos para su configuración. Los foros de los setenta no nacieron de la nada. Un poco antes, ya por los sesenta, se pueden registrar voces de académicos, dirigentes y divulgadores formadores de opinión de como Daniel Bell, Aurelio Peccei, Zbigniew Brzezinski, Henry Kissinger, los esposos Toffler, Servan Schreiber, y otros que tuvieron en cuenta los cambios que se iban produciendo en el mundo no solo referido a los problemas de la convivencia internacional sino, principalmente, en cuanto a las posibilidades referidas a recursos capaces de resolver las penurias y escaseces que habían acuciado a la humanidad desde sus orígenes. Los cambios con mayor poder de transformación se dieron en el plano científico y tecnológico y ponían de relieve contradicciones con las que no se podía convivir más allá de un punto. Logros de gran impacto como la salida del hombre al espacio y la llegada a la luna aparecían contrastados con situaciones internacionales irritantes, entre ellas, los enfrentamientos intersistema, el peligro de guerra nuclear, los gastos de la carrera armamentista en medio de la pobreza de gran parte de la humanidad y, aunque menos peligroso pero inaceptable desde la lógica empresarial capitalista, un sistema productivo estructurado en base a concepciones desactualizadas. Ese menú de alta complejidad y complicaciones severas, no solo llenó de preocupación a las esferas dirigentes sino que, como corresponde a esos niveles, las condujo de inmediato a la acción.
4. Nombres no tan difundidos como el Círculo Bildelberg del príncipe Bernardo de Holanda, The Brooking Institution y el Consejo de Relaciones Exteriores de EEUU, el Real Instituto de Asuntos Internacionales en Inglaterra y otros de más renombre para nosotros como el Club de Roma creado por el eminente humanista Aurelio Peccei, que vivió muchos años en Buenos Aires al frente de la FIAT, y la Comisión Trilateral -siempre sospechada de oscuras maniobras conspirativas lo que impidió su abordaje académico[1]- como expresión de la creciente interdependencia, fueron espacios de reflexión y adopción de consensos entre actores, temas, metodologías y escenarios que, en su conjunto, reflejaron la problemática, puntos de vista, estados de ánimo y la voluntad de acción de la década de los sesenta y setenta. En cualquiera de esas instancias se puede ver la adopción de temáticas comunes como luego veremos y personajes que participaban indistintamente de unos u otros. Si bien los materiales que reflejaban esas deliberaciones ahora son conseguibles no lo fue así en el pasado cuando su circulación fue más restringida producto tal vez de la falta de interés para que conclusiones tan trascendentes estuvieran al alcance del gran público; empero, con el paso de los años, esos materiales fueron quedando en el pasado enmascarados por una cantidad de acontecimiento de enorme impacto que matizaron la marcha de los asuntos mundiales de estas tres últimas décadas.
5. Seguidamente haremos un resumen del informe “Hacia un sistema internacional renovado” de Richard Cooper, Karl Kaiser Y Masataka Kosaka que fuera publicado por la revista Estados Unidos, Perspectiva Latinoamericana, 3º edición, números 2-3, 2º semestre de 1977 y 1º semestre de 1978, bajo el título “La Comisión Trilateral y la coordinación del políticas del mundo capitalista”, por el Centro de Investigaciones y Docencia Económica creado por el gobierno de México en 1974. El informe se puede conseguir en lengua inglesa en el portal http://www.trilateral.org/ cliquear en publications, cliquear en triangle papers de acápite “Task Force Reports/Project Work”, cliquear 14 Towards a Renovated International System, cliquear To download Portable Document Format (pdf 2.1MB/39 pp). A los efectos de facilitar la exposición se adjunta a continuación un cuadro sinóptico con los temas tratados en el informe. El hecho de tratarse de un resumen de encuentros que tuvieron lugar a lo largo de casi tres años de labores hace que la cantidad de temas abarcados dificulte por un lado un estudio sistemático -por lo menos de una vez y para siempre- pero, por el otro, sea una demostración de las características que adoptaron las deliberaciones en lo referido a los tiempos de vigencia de los consensos y la integración y alcance de la agenda considerada.
2.2. Comentarios sobre el informe.
6. Los autores del informe son tres académicos de nota: Richard Cooper como docente e investigador de Yale y doctorado en la Economic School of London; Karl Kaiser y Masataka Kosaka, desde Alemania y Japón, eran también profesores e investigadores eméritos; además contaron como fuentes de consulta permanente con otros intelectuales del mismo calibre cuyos nombres no son significativos para nosotros salvo el de Zbigniew Brzezinski. En resumen: podían contar con lo más calificado en materia de nivel académico, prestigio y capacidad. Comenzaron a confeccionar el informe en diciembre de 1974 y fue culminado en agosto de 1977 con reuniones cada 6 meses en distintos países donde se discutían exhaustivamente los borradores. Siendo que es un informe no muy extenso, y teniendo en cuenta la intensidad y alcance de sus contenidos, el uso preciso de palabras y giros, el juego de significados y el cuidado de los enfoques, se puede ver que cada párrafo encierra en sí un universo que podría dar lugar a un largo y minucioso tratamiento.
7. La década, que es cuando transcurre la realización del informe, como hemos visto encierra en sí una cantidad de acontecimientos que le dan su impronta. Cuando despuntaban los setenta se estaban realizando las misiones a la luna, un acontecimiento de enorme trascendencia. Se desarrollaban aceleradamente todas las áreas de la ciencia y la tecnología los que repercutían en la producción; estaban a disposición del hombre todos los bienes y servicios en cantidad, calidad y diversidad suficientes para la vida en el planeta. Ciencias como las matemáticas, aparentemente alejadas de los avatares de la cotidianeidad, alcanzaban sin embargo logros como la formulación de modelos de alcance planetario lo que alumbraba herramientas desconocidas para la planificación a esa escala. Cuestiones de anticipación como el Modelo del Club de Roma o la gestión de la crisis del petróleo de 1974, que echó por tierra un capitalismo desactualizado y generó el condicionante de la deuda externa en decenas de países, entre ellos el nuestro, no podrían haber tenido lugar anteriormente sin el concurso de esas herramientas. Como corolario, en 1977, por primera vez en la historia y como consecuencia de la llamada “revolución verde”, los cultivos agrícolas en la Tierra proveen la cantidad de proteínas necesarias para suministrar a todos sus habitantes una dieta equilibrada.
8. Hay un reconocimiento en el informe sobre el hecho de que la marcha de los asuntos internacionales de posguerra, a pesar de la recuperación europea y la afirmación del liderazgo económico, productivo y científico tecnológico de los Estados Unidos, no había “probado ser adecuado para enfrentarse a los nuevos problemas globales y procesos de cambio”. Era evidente en ese enfoque que los impresionantes logros de la recuperación europea, japonesa y norteamericana, no les nublaba la vista a las esferas dirigentes y estaban en condiciones de comparar lo alcanzado con lo que hubiera sido posible obrando de otra forma apelando a recursos ya disponibles. No hay que olvidar que si bien la lucha entre los sistemas no era principalmente económica, habida cuenta de que el capitalismo gozaba ya de supremacía en ese plano, era un frente que no se podía descuidar sobre todo con la velocidad que adquirían los procesos de innovación. Naturalmente esos eran los escenarios deseados, los que se podían alcanzar en tanto se hicieran las correcciones necesarias, lo que no podía dejar de poner en crisis la marcha general de los asuntos internacionales. Pero aparecía otro ingrediente: el de los países postergados por un orden internacional injusto donde los más fuertes imponían las reglas de juego.
9. Este es uno de los hechos originales del funcionamiento de esos foros, sin excepción: el tratamiento propositivo de la superación de la pobreza como objetivo y la necesidad de superar el confinamiento de decenas de países que habían sido expoliados impiadosamente por todos los sistemas económicos de dominación imperantes hasta ese momento. Esas formulaciones novedosas han llevado a confundir las reales intenciones que se incubaban en esas esferas o, pensando inercialmente, a creer que en realidad lo que estaban asumiendo era un acto más de hipocresía a la que nos tenían acostumbrados. Para esos foros la resolución de la pobreza era una cuestión de autointerés. Como se había pasado de la escasez a la abundancia en materia de posibilidades productivas, lo que aparecía tradicionalmente como una consecuencia de la expoliación y la falta de oportunidades de desarrollo concomitantes, ahora aparecía como una oportunidad de crear consumidores. La “boca de consumo” es la de un potencial indigente en un comercio en el que la demanda y no la oferta devenía la variable crítica[2].
10. Por esos años se instala con fuerza creciente la noción de interdependencia: No hay que olvidar que el orden internacional había estado sustentado durante dos siglos sobre la existencia de los estadonaciones; incluso los procesos de descolonización de los sesenta dio lugar a la aparición de decenas de estados nuevos, la mayoría de los cuales demostraron ser inviables a poco andar. La interdependencia es como si alguien se te mete en tu casa sin pedir permiso lo cual trae aparejado una serie de incomodidades. Son las dirigencias de los países desarrollados que dieron lugar a los foros citados los que comienzan a tratar el problema desprovisto de prejuicios.
11. La interdependencia cobra importancia en un contexto donde la tecnología permite una aparición explosiva de las comunicaciones globales. Una cosa es la televisión como avance tecnológico pero una muy distinta es que, por medio de su uso, sus transmisiones con ayuda del satélite permitan ver las cosas que ocurren en cualquier lugar del mundo en el mismo momento de su ocurrencia. Otro aspecto de enorme impacto que se hacia presente en la década es el de la transnacionalización productiva. La fase imperialista del capitalismo hacia que las empresas tuvieran un origen nacional y todo el peso del aparato estatal –diplomacia, fuerzas armadas, etc.- se ponían al servicio del funcionamiento de esas empresas a nivel mundial. En la fase transnacional las empresas comienzan a desprenderse de su pertenencia nacional y mantienen una dependencia nominal; ese rasgo de la globalización se fue dando en forma creciente con el devenir de las décadas y hoy ya es un dato de la realidad.
12. La crisis de la bipolaridad también es un factor de estrechamientos de los vínculos entre los países desarrollados. La confrontación con la URSS venía mostrando en forma reiterada que no llevaba a buen puerto: gasto improductivo, riesgo y desaprovechamiento de opciones de la producción no ligada al armamento. Este aspecto fue una de las características de los foros de consenso: estaban las empresas de productos de consumo masivo pero brillaban por su ausencia las empresas del complejo militar industrial.
13. Por último, lo que es llamado la “revolución de las expectativas” que se desprendía del hecho de que los medios de comunicación transmitieran imágenes que devenían factores de perturbación entre la gente que veía la diferencia entre lo disponible y lo que ellos disponían, lo que generaba un aumento de la ansiedad y la insatisfacción del anhelo, sutilezas de las ingenierías sociales que no podían ser obviadas.
14. De manera dual se manifiesta la interdependencia al interior de los países: si dejar de considerarla beneficiosa, no por ello se obvia el hecho de que sus efectos complicaban el manejo del estado de bienestar al traer problemas desde “afuera”; al mismo tiempo, la formulación de políticas nacionales, en muchos casos de protección y como respuesta, dificultan el libre accionar de los flujos que conforman la interdependencia; por ejemplo, lo hacía el deseo de autonomía nacional, un tema candente, en momentos que estaba de moda de la consigna liberación o dependencia y el libro “Dependencia y desarrollo en América Latina”, cuya autoría pertenece al que luego sería presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, tenía gran predicamento. Se consideraba también el rol de la interdependencia en cuanto a su impacto sobre las políticas domésticas al evidenciar la gran disparidad entre el nivel de desarrollo de los países y el gran número de estos que se habían formado, un cuadro que dificultaba el manejo de las relaciones internacionales, etc.
15. Es indudable que existía la preocupación de realizar un estudio concienzudo de los problemas y consensuar en torno a las soluciones posibles y deseables. Se aspiraba a “no tocar de oído” lo que explica el nivel de los intelectuales convocados. Al mismo tiempo tampoco se preocuparon por rigidizar las propuestas para no quitar cierta libertad de movimiento en la aplicación de las orientaciones debido a que consideraban que planes excesivamente detallados pueden “conducir a la inacción”. No podían dejar de tener en cuenta una experiencia desfavorable en ese sentido sobre la rigidez de la planificación de los organismos internacionales con relación a la asistencia, que muchas veces habían sido fallidos.
16. Existía, apoyada en la historia reciente, una preocupación sobre las reales posibilidades de trabajar en conjunto, habida cuenta de las desconfianzas existentes. Recordar por ejemplo las desinteligencias entre el nacionalismo de De Gaulle y sus choques con los EEUU que lo llevó a proclamar “Viva Quebec libre”, con motivo de una visita de estado a la parte francófona del Canadá, un terreno sometido a la influencia americana. Por eso trataron de que las propuestas fueran modestas y de aplicación garantizada, las que se trasuntaban en “objetivos esenciales” y “pautas de funcionamiento” que no chocaran con las prioridades nacionales de los países y por el contrario, trataran de ponerse en consonancia para fortalecer los efectos y potenciar las tendencias.
17. Entre los objetivos proclamados se pueden mencionar los siguientes: mantener la paz, una consigna de puntual vigencia teniendo en cuenta que lo corriente eran arsenales de destrucción mutua garantizada que obraban de garantía (!) para no iniciar conflictos; el manejo de la economía mundial, un objetivo que aumentaba su importancia en vista de la crecientes transnacionalización productiva; contribuir al desarrollo económico como una cuestión que en forma creciente transcendía las incumbencias nacionales; la satisfacción de las necesidades básicas, una consigna que daba lugar a un definición ambigua ya que por un lado se aducían factores éticos y morales pero, por el otro, no se dejaba de considerar el hecho de que se podían satisfacer esas necesidades por medio de políticas de cooperación en el marco de negocios ligados al comercio mundial. Otro de los objetivos proclamados en los foros, que nos tocó de cerca, fue el vinculado a los derechos humanos lo que dio lugar al envío de delegaciones motorizadas por Carter –un gobierno mimetizado con la Trilateral al se consideró fracasado- que nos visitaron en época de la dictadura militar autora en la oportunidad de acuñar la consigna “somos derechos y humanos” con el que intentó devaluar la presencia de los delegados internacionales.
18. En lo referido a pautas, tal vez sea la parte más novedosa del informe; sin duda, se reflejaron ahí los productos de un exhaustivo análisis de los problemas y dificultades de funcionamiento internacional. Por ejemplo, en el tratamiento de los temas aconsejaban tratarlos de a uno para impedir los empastes que se generaban al mezclar negociaciones simultáneas de problemas distintos entre negociadores para quienes esos problemas no tenían la misma importancia, no eran ponderados de la misma manera o medidos con la misma vara. Funcionalismo por partes fue llamada esa técnica de negociación. Otro aspecto más que novedoso y que contribuyó a la poca visibilidad que tuvieron esos foros comparada con la influencia que llegaron a tener, fue la sugerencia a adoptar normas descentralizadas en la gestión de los asuntos internacionales. Esa modalidad novedosa implicaba la adaptación común de reglas, patrones y procedimientos que debían presidir el manejo de los asuntos internacionales con una gestión absolutamente descentralizada en lo referido a la toma de decisiones y el manejo operacional. Quedando, claro está, el control a organismos internacionales del tipo FMI como hemos podidos comprobar en cada uno de los países. Eso daba una consecuencia: a pesar del enorme poder que se desprendía de esos foros, ese poder no estaba apoyado en ningún tipo de estructura acudiendo solo a flujos informativos comunicacionales (esto lo iremos viendo con mayor detalle). Toda esa nueva propuesta innovativa, basada en una gran experiencia de gestión y apoyada en las nuevas herramientas de las TIC’s, tendía a minimizar la complejidad de la problemática en las negociaciones y facilitar la cooperación que era el objetivo sinérgico buscado.
19. Otro aspecto contemplado es evitar que todos los países participen en todas las negociaciones. Ese tipo de prácticas había generado desconfianza entre los países y no pocas veces el descreimiento en cuanto a la calidad de los resultados que se podían lograr: entrar a negociar con la sensación de que será más de lo mismo y al igual que otras veces los resultados serían pobres. Por ello, se proponía elegir bien quien estaría en cada negociación. Es lo que denominaron participación flexible y significaba que la elección de los participantes en una negociación se regía por tres principios: el interés objetivo que cada país tenga en la negociación, la posibilidad de lograr una negociación exitosa y, por último, la naturaleza del problema a tratar.
20. Una cuestión a tener en cuenta es la variación de las condiciones en el tiempo. Es lo que denominaron cambio evolutivo. Por ejemplo, en nuestra región ha ido cobrando creciente importancia el rol de Brasil en la proporción en que disminuía el nuestro. Ese cambio en la ponderación de los roles nacionales en cada región, ha determinado que en la actualidad Brasil sea el interlocutor obligado en las negociaciones en el más alto nivel, enfoque que hubiera sido distinto en circunstancias anteriores cuando el peso específico de nuestro país era mayor. Ahora Brasil se candidatea para el consejo de seguridad de la ONU, forma parte del exclusivo BRIC, junto a India, China y Rusia y, por fin, Obama dice que Lula es el dirigente más popular del planeta. En algunos casos concretos, hay temas que necesitan de una negociación internacional sin exclusiones en la que participen todos los países con independencia de su porte. Sería lo contrario de lo que habían denominado una participación flexible. Esas negociaciones que suelen ser farragosas y más extendidas, son las que tienen mayor repercusión en los medios a diferencia de otras negociaciones que no salen de los ámbitos técnicos y nunca la opinión pública toma conocimiento de ellas. Se pueden mencionar los siguientes temas que se encuadran en esta tipificación.
21. El sistema monetario que pasaba por una serie de dificultades por esos tiempos. A la presencia dominantes del dólar desde la posguerra, se sumaba la reciente salida de la divisa del patrón oro lo cual a los europeos les generaba una gran desconfianza. Son antológicos los cuestionamientos de De Gaulle en ese sentido. Frente a las dificultades se optó por no producir grandes cambios lo que para ellos significaba “una aproximación más pragmática, concentrándose en mejoras de las disposiciones que actualmente tenemos”. Huelga decir que la opción de no producir grandes cambios ha determinada una permanencia de la situación hasta nuestros días en que se producen los mismos cuestionamientos en este caso por parte de China, Brasil y Rusia cuyos planteamientos resonaron con fuerza en las recientes negociaciones del G 20.
22. La cuestión ambiental ya comenzaba a aparecer en forma insistente a esos niveles aunque dada las dificultades de implementación de políticas a nivel internacional -lo que era sin embargo inexcusable dado que la contaminación era una de los factores más dinámicos de la interdependencia- se dijo que “la formulación de normas al nivel trilateral debería en general tomar de la forma de reglas deliberadamente paralelas respecto de los patrones nacionales”. La cuestión ambiental tuvo su punto de partida en los informes del Club de Roma en 1972. Luego fue la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano realizada en Estocolmo, 5 al 16 de junio de 1972 que produjo una declaración fundamental. En 1987 el informe Brundtland que le da mayor entidad científica a la temática y la declaración de Rio de 1992 donde se formula la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que es la parte de las políticas ambientales que mayor relieve adquiriría. En 1995 en Berlín se produce la primera conferencia de las partes de la Convención y en 1997 se firma el Protocolo de Kyoto que fue siendo ratificado progresivamente por todos los países hasta que adquirió vigencia con un juego de la danza de los siete velos por parte de los EEUU que llega a su fin con Obama un entusiasta de la temática. Como hemos visto, a fines del año pasado se reunió la COP15 en Copenhague para ver como seguirá el proceso luego de 2012 que es cuando finaliza la vigencia de Kyoto.
23. Es interesante el tema de la autonomía nacional en el contexto de un foro de consenso, con actores determinantes, donde se estaban considerando cuestiones de la interdependencia que en algún punto siempre colisionaban como hemos visto con los deseos y las prácticas de las políticas nacionales. Este tema se resolvió no solo bien en esos foros, a pesar de las dificultades que conllevaban, sino que se recurrió a una forma nueva (que era posible por la falta justamente de estructuración de esos foros sumado a su baja exposición) que contemplaba que “bajo condiciones normales, un alto grado de descentralización en la determinación nacional de tales políticas es, a la vez, posible y deseable” Repárese en el lugar desde el que se habla… claramente en un nivel de poder que está por encima de lo nacional y que les permite hacer consideraciones sobre la conveniencia de la descentralización y por extensión de la autodeterminación. Obviamente toda política nacional que afectara la interdependencia era a partir de ese momento consensuada con actores externos por diversos medios, entre ellos, las llamadas “redes transnacionales de funcionarios”-
24. Por último, otro de los temas que requería tratamiento de todos los intereses se refería a la energía nuclear. Básicamente en relación a tres aspectos claves del manejo de la tecnología: reactores, enriquecimiento y reprocesamiento. En este tema se requería la cooperación de la Unión Soviética. En la Argentina, en la época de la última dictadura militar se dio un episodio muy curioso que ha tenido poca repercusión. Está referido a la última de las técnicas, reprocesamiento, que es básicamente el reciclado de las barras de combustible ya utilizadas con el fin de extraer de ellos plutonio que sirve para preparar bombas nucleares. Como se sabe en la época de la dictadura no fue tocada básicamente la CONEA salvo el área de reprocesamiento cuyos integrantes en su totalidad fueron confinados en un buque durante un año y luego obligados a emigrar a Italia donde trabajaron para la CONEA italiana. Se dijo en un momento que lo ocurrido fue una maniobra de la Marina que tradicionalmente controló la CONEA salvo el área de reprocesamiento que estaba bajo el control del Ejército. A pesar del traspié, el Ejército volvió a insistir en los intentos de obtener plutonio metálico en la cercanía de la guerra de Malvinas.
[1] Sus informes no son conseguibles en las bibliotecas de nuestro país a pesar de ser la conferencia no gubernamental de poder de decisión e influencia de sus consensos mayores de la historia.
[2]merece tratamiento especial la cuestión de los riesgos derivados de la abundancia que si bien no son los mismos que los de la escasez –no es lo mismo no tener que tener y no repartir o hacerlo inequitativamente-, trae aparejado otros riesgos como el consumismo tan alienante de la libertad individual como la falta de opciones de satisfacción.